Los refuerzos estructurales, tanto en edificación como obra civil, proporcionan un enfoque sostenible para la construcción, de forma que aumenta la vida útil de la estructura según su uso.
El proceso de refuerzo estructural con fibra de carbono consiste en cinco operaciones básicas
- Saneado y limpieza del soporte por medios manuales o mecánicos.
- Aplicación producto para la protección de la armadura existente y puente de unión de la zona afectada
- Aplicación mortero estructural clase R4 según norma UNE EN 1504-3 para la regeneración del hormigón eliminado.
- Aplicación revestimiento protector de toda la estructura, mediante inhibidores de corrosión para evitar la corrosión galvánica de zonas no reparadas con respecto a las reparadas.
- Tratamiento superficial mediante revestimientos anti carbonatación, que dotan a la estructura de la piel necesaria para proteger la estructura del ambiente donde está expuesta.
En algunos casos existe la necesidad de reforzar la estructura motivadas por un error de cálculo o de proyecto durante su ejecución, o bien por perdida se sección de armadura durante el proceso de reparación estructural anteriormente descrito. En otros casos es simplemente un cambio de normativa o de uso de la estructura que tenemos que reforzar.
Ventajas de la fibra de carbono para refuerzo estructural
Para cualquiera de los casos anteriores, contamos con el uso de compuestos con fibra de carbono para refuerzo estructural, llevando al mercado una serie de ventajas que destacan sobre la multitud por varias razones. Son un material ligero para su uso y manejo, con baja expansión térmica y resistente a la corrosión, lo que hace que sea de mayor durabilidad que el resto.
Aquí os dejamos un enlace con un ejemplo de refuerzo a compresión de un pilar con fibra de carbono, por falta de resistencia de mismo.